Primer encarcelado de “La Manif pour Tous”
Se veía venir y además era coherente con el largo historial sectario de la República francesa. Un tribunal francés acaba de condenar a dos meses de prisión (sin poder evitar el ingreso) a un joven de 23 años detenido durante las manifestaciones en defensa de la familia natural que responde al nombre de Nicolás Bernard. Un caso que pretende ser un escarmiento y una advertencia, pues el joven no actuó en ningún momento con violencia (al contrario de la policía francesa, que lo trató como si de un terrorista se tratase), sino que se limitó a protestar y a estar presente donde el Estado francés no deseaba (un Estado que bien puede calificarse de terrorista pues utiliza el Terror para acallar las voces disidentes). De hecho, el joven es uno de los fundadores del movimiento de los Veilleurs, un movimiento pacífico de jóvenes que organizan encuentros regulares de protesta en los que se leen poemas, textos y cantan mientras extienden velas por el pavimento delante de sitios emblemáticos (sin ir más lejos, el pasado domingo tomaron los alrededores de una cadena de televisión en el momento en que estaba siendo entrevistado el presidente francés Hollande.
Sentencia injusta, sí, cruel, también, pero probablemente ineficaz ante el testimonio de un pueblo que ya no se deja engañar y que ha dicho basta a la reingeniería social que está arrasando con todo aquello que hace buena la vida. ¿Cárcel para un joven por haber defendido el matrimonio? Lo han intentado muchas veces, ya desde Roma, y aquí seguimos, alzando la voz y clamando la verdad que nos hace libres y felices.
No, parece que en Francia la operación de cambiar una institución natural por un contrato sin fundamento y disolvente no va a salir gratis. Y es probable que Nicolás no sea el último encarcelado.
Para acabar de redondear el asunto, y ya en pleno despropósito, leo que el juez que ha condenado a Nicolás, una tal Dutartre, soltó sin condena a un militante izquierdista llamado Michael Youn, que había insultado y herido a dos policías. Pero era “de los nuestros”.
