Andalucía orwelliana
Nos gusta leer distopías, ese género que nos anuncia un futuro inhumano pero “feliz”. Yo soy el primero que disfruto de Orwell, Huxley, Benson o Bradbury y se lo recomiendo a cualquiera que quiera tener una visión realista del mundo que nos rodea. Y no obstante…
No obstante, a veces la mucha lectura nos puede ocultar lo que pasa ante nuestro ojos, que a veces incluso supera la ficción más profética. Por ejemplo, entre libro y libro descubro las últimas iniciativas de la flamante nueva presidente de Andalucía, Susana Díaz:
- Leo con estupor que gracias a una nueva ley andaluza, “la Junta controlará las donaciones familiares un año antes de una ‘previsible muerte’”. En consecuencia, La nueva ley con la que la Junta de Andalucía pretende luchar contra el fraude fiscal impedirá a los andaluces disponer libremente del dinero de sus cuentas bancarias durante el año previo a su fallecimiento en el caso de que éste sea “previsible”. A lo delirante de la medida, se añade una aplicación cuanto menos problemática. ¿Cómo se establece eso de la previsible muerte? ¿Qué ocurrirá con los enfermos crónicos o con esas personas de las que decimos que tienen una mala salud de hierro? ¿Verán sus movimientos vigilados por el Estado durante décadas? En definitiva, un paso más en el latrocinio cometido por un Estado que ataca directamente el patrimonio que con sudores ha ido creando una familia.
- Pero no acaba el intervencionismo estatal aquí. Resulta que “La Junta de Andalucía aprobó el pasado abril un decreto inédito, en el que se arrogaba plena potestad para poder expropiar inmuebles de forma temporal a las entidades financieras e inmobiliarias con el fin de evitar desahucios, al tiempo que establecía ciertas multas y sanciones sobre los pisos vacíos en manos de las personas jurídicas”. Pueden haber casos excepcionales, esto se entiende, pero el desprecio hacia la propiedad privada y la visión de que todo es del Estado no puede ser disimulada.
- Pero aún hay más: leo también que “Otra de las grandes novedades que introduce la ley es que la Junta se compromete a ayudar financieramente a los desahuciados por impago del alquiler. Y, específicamente, indica que también se podrán beneficiar de estas ayudas públicas los morosos incluidos en el nuevo Registro de sentencias firmes de impagos de rentas de alquiler. Es decir, todos aquellos que han sido desahuciados por vía judicial por negarse a abandonar el inmueble tras impagar la renta”. Por supuesto ayudas a los morosos con dinero público, es decir, con mi dinero, por mucho que la Sra. Susana Díaz piense que es suyo.
Lo dicho: la distopía ha abandonado el papel para convertirse en nuestra realidad cotidiana. Eso sí, en Andalucía los tintes sombríos de las distopías literarias se han cambiado por chancletas y kufiyas al cuello, a lo Sánchez Gordillo. Una especie de Eurasia orwelliana disfrazada de república bananera.
