¿Niños con tres padres? Algunas dudas razonables

¿Niños con tres padres? Algunas dudas razonables

A estas alturas, quien más quien menos ha oído eso de los embriones ingleses con tres padres. Tal y como explica Nicolás Jouve, se trata de un “discutido método de obtención de embriones humanos por fecundación in vitro, con la peculiaridad de que los embriones procederían no de dos parentales (óvulo y espermatozoide), sino de tres (dos óvulos y un espermatozoide). La originalidad consiste en que antes de la fecundación in vitro, se produce un óvulo híbrido o mixto, utilizando el núcleo de un óvulo y el citoplasma de un segundo óvulo (óvulo aloplásmico)”.

Parece ser que es incluso más complejo, pues para lo que llaman “donación mitocondrial” hay dos modalidades, una en óvulos y otra en embriones, en la que se producen dos embriones para después pasar a realizar la transferencia. Pero no se asusten: no soy médico ni biólogo y no pienso aventurarme mucho más allá de la orilla en estos procelosos mares. Me limitaré a aportar una serie de reflexiones desde una perspectiva más amplia y no exclusivamente técnica.

1. Lo primero que uno percibe, a poco que contraste las declaraciones de quienes han promovido la aprobación de este método en el Parlamento británico y las explicaciones que del mismo hacen científicos solventes, es que nos están engañando. Nos dicen que es como una especie de trasplante, sólo que en los primeros momentos de la vida. No es así. En realidad, se parece más a una clonación que a un trasplante.  Es lo que explica, entre otras cosas, Stuart A. Newman, Profesor de Biología celular en el New York Medical College, en un artículo altamente recomendable: igual que en la clonación, la técnica se basa en la sustitución del núcleo de un óvulo por el núcleo de otra, sólo que en la clonación el núcleo que se transfiere procede de una célula de un organismo completamente desarrollado, mientras que en estas técnicas el núcleo procede de un óvulo. Pero claro, relacionar estas técnicas con la clonación hubieran hecho saltar todas las alarmas, que es precisamente lo que no se deseaba.

2. Tampoco nos dicen toda la verdad cuando nos hablan de que sólo se cambian las mitocondrias, que son las encargadas de suministrar energía a la célula (para que lo entendamos gente como yo, nos dicen que son como unas pilas). El problema es que, volviendo al revelador artículo de Newman, hay “evidencia de que las mitocondrias no son meros orgánulos proveedores de energía. El hecho de que las mutaciones del ADN mitocondrial afectan al oído, la vista, las funciones pancreáticas y la actividad neuromuscular tendría que ser suficiente para confirmarlo. De hecho, durante los últimos dos años la evidencia de la no-pasividad de las mitocondrias se ha convertido en ineludible. Dado que las mitocondrias son participantes activos en la función celular y el desarrollo de los organismos, la integración entre los sistemas nucleares y mitocondriales haría que la mezcla arbitraria de los mismos esté contraindicada”. Pero una vez más se nos ha ocultado este aspecto, empeñados como estaban en que no nos preocupásemos mucho.

3. Cuando se aprueba una nueva técnica, lo primero que a toda persona lógica se le ocurre es preguntar si está suficientemente ensayada. En este caso la respuesta es negativa. En contra de lo que argumentan sus defensores, no se ha aprobado una cura a enfermedades transmitidas por las mitocondrias, sino una técnica no ensayada para reducir esa probabilidad. Se desconocen cuáles serán las reacciones que se producirán entre las tres aportaciones al ADN del nuevo ser. Todo parece indicar que se juega con la angustia de una pareja, temerosa de transmitir a su hijo una enfermedad, para jugar a aprendices de brujo y crear nuevos embriones cuya salud y viabilidad no se puede afirmar con datos en la mano, sino más bien lo contrario.

4. Precisamente, si sabemos todos los problemas generados por la clonación, ¿a qué viene ahora lanzarse a estas técnicas tan similares? De hecho, todo lo que leo va en la línea de advertir de probables y graves problemas. Por ejemplo, parece que no es tan fácil retirar todas las mitocondrias del óvulo original.

5. Claro que la cosa puede ser aún peor. De hecho, existe una prohibición del Consejo de Europa para que no se realicen experimentos con alteraciones germinales. Es posible que esta prohibición no haya sido respetada por el Reino Unido. De hecho existe un precedente: en China se ensayó esta técnica en 2003, tal y como informó Nature, con el resultado de la muerte de los dos embriones a las 24 y 29 semanas respectivamente.

6. Un detalle: aunque esto de las encuestas no sea ningún argumento de peso, como se suele recurrir a ellas para justificar cualquier cosa, me parece digno de ser considerado que en una encuesta encargada por CARE, sólo el 20% de los ingleses estaban a favor de aprobar estas técnicas.

7. Otro aspecto que llama la atención: el uso de lo terapéutico, de la expectativa de una curación, como excusa para justificar cualquier cosa. Y siempre puesto al servicio del principio, casi nunca expuesto abiertamente, pero siempre subyacente, de que si existe la posibilidad de hacer algo, sea lo que sea, se hace. En esta visión de la ciencia, no se admite ningún tipo de limitación. Se considera a los comités de bioética son pura cháchara para justificar lo que haya que justificar en cada momento, y si se les ocurre presentar objeciones se les descarta con el argumento de que la ciencia no puede detenerse y de que tarde o temprano habremos aceptado cualquier cosa. ¿No resulta evidente que hemos cruzado ya la línea roja que justifica la eugenesia?

8. En este sentido, uno no puede dejar de pensar en los paralelismos con la justificación de la legalización del aborto o de la eutanasia en otros momentos. Se usan palabras que esconden la naturaleza real de lo que está en juego, se justifica con argumentos emocionales, se afirma que serán casos excepcionales, se acaba aprobando y luego… la realidad siempre es mucho peor de lo que nos habían prometido, pero ya no tiene marcha atrás.

9. Choca también la falta de referencia al derecho a la identidad, recogido en numerosas leyes internacionales (en Europa está, como decíamos antes, prohibida toda terapia genética que resulte en modificaciones de la identidad genética). Parece propio de la dignidad humana el poseer una identidad personal no alterada, con unas relaciones de paternidad y maternidad claras, una identidad genética que no sea el fruto de un experimento de laboratorio.

10. Por último, los grandes olvidados siempre que se discute de estos temas son todos los embriones humanos producidos y que acaban siendo descartados.

Estamos, pues, ante un hecho grave, irresponsable, justificado sólo por un afán de experimentar a toda costa, que abre las puertas a la eugenesia, utiliza argumentos tramposos y emocionales, ignora la normativa europea y el principio de precaución y además generará más problemas de los que supuestamente pretende resolver.

Escriba un Comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>