Aborto en España y Chile: paralelismos razonables

Aborto en España y Chile: paralelismos razonables

Esta semana nos deja, eclipsada quizás por lo que está sucediendo en el Parlament de Cataluña, la confirmación de que Celia Villalobos tenía razón cuando dijo aquello de que los contrarios al aborto no tienen sitio en el Partido Popular (ni siquiera los que son unos cracks en el candy crush). Todos los diputados que tuvieron la integridad de respetar el programa que su partido se había comprometido a ejecutar a cambio de nuestro voto, rechazando avalar la farsa propuesta por Mariano Rajoy, han sido purgados, al más puro estilo estalinista. Como dijera en su día Alfonso Guerra, el que se mueve no sale en la foto. Ahora sabemos que en el Partido Popular quien no está dispuesto a traicionar a sus votantes a mayor gloria del líder del partido es defenestrado sin piedad. Va bien para salir de dudas.

Este importante suceso me ha hecho recordar algo que leí en El Mercurio de Chile hace un par de meses, durante una grata estancia, como siempre, en aquel querido país. Chile está inmerso en un intenso debate acerca de la despenalización del aborto del que se hacía eco El Mercurio del pasado 18 de septiembre. Allí aparecía un interesante artículo en el que se postulaba la defensa del no nacido desde una sensibilidad que los autores del mismo calificaban de “izquierdas”. Citando a Norberto Bobbio, abogaban porque el Estado debe proteger al más débil, en este caso el niño no nacido.

Más adelante aparecía otra noticia que decía así: “los diputados de la Democracia Cristiana que integran la comisión de Salud, Gabriel Silver y Víctor Torres, contribuyeron con su voto en la aprobación del proyecto del Gobierno que despenaliza el aborto en tres causales”. La verdad es que la noticia, que hubiera provocado escándalo hace unas décadas, ya no sorprende. Una vez más, como ha sucedido una y otra vez (recuérdese a Andreotti, asistente frecuente a la misa privada de Pablo VI, aprobando el aborto en Italia), la Democracia Cristiana era clave para que el aborto se expanda y normalice en un país. Es lo que tiene el optar sistemáticamente por el mal menor, uno acaba por no distinguir el bien del mal y lo único que cuenta es tocar poder (porque, se justifican, si lo tocara otro, uno de los “malos”, podría ser aún peor). Cómo pueden tener el rostro de seguir utilizando el nombre de “cristiana” es otro tema que nos llevaría a hablar de tristes silencios y complicidades. Eso sí, ante el aluvión de críticas, parece que la DC chilena ha pedido que se abra ahora un diálogo para mejorar el proyecto de ley. Estoy seguro de que Rajoy les puede asesorar con útiles ideas. Por cierto, al contrario que en el caso de Rajoy, que exige sumisión absoluta e incondicional a sus diputados-súbditos, en Chile anuncian libertad de voto, con lo que siempre habrá un diputado que votará en contra del aborto, sin poner en peligro no obstante su aprobación, y servirá de justificación para los católicos que apoyan a la DC, e incluso se añadirá algún tipo de restricción cosmética, del estilo de que los padres estén avisados del aborto de su hija, para calmar alguna conciencia. Si es que está todo ya inventado.

En cualquier caso, un dato más para el archivo de quiénes son y cuáles han sido sus aportaciones los que han trabajado más eficazmente por la secularización de los países de tradición cristiana, como bien explicó en su día Augusto del Noce (él mismo antiguo militante democristiano y muy consciente de cómo la DC había sido el principal motor de secularización en Italia).

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