Victoria para la libertad de las escuelas religiosas, derrota total de Obama

Victoria para la libertad de las escuelas religiosas, derrota total de Obama

Importante la sentencia del Tribunal Supremo estadounidense del pasado miércoles 11 de enero en el caso Hosanna-Tabor Evangelical Lutheran Church and School vs. Equal Employment Opportunity Commission.

La cuestión que se dirimía era si una escuela protestante podía despedir a un profesor, en el caso concreto encargado de las clases de religión y otras actividades religiosas en el colegio sin que se le puedan aplicar las normas contra la discriminación en el trabajo. O sea, que en este caso la escuela puede discriminar por motivos “ideológicos” y despedir a aquellos profesores cuya orientación no sea la de la escuela en cuestión sin que la administración pueda interferir en su decisión.

Durante la vista, los argumentos de la administración Obama asombraron a muchos por su laicismo radical. En concreto, la abogada Leondra Kruger sostuvo que la libertad de los grupos religiosos para elegir a quienes enseñan religión se limita a sus asuntos “internos”, esto es, a las puras actividades religiosas del grupo, pero no es aplicable una vez se traspasan esas paredes, como es el caso de una escuela abierta al público y sujeta a las leyes obligatorias del Estado. En consecuencia, cuando un grupo religioso decide abrir una escuela para educar a niños de acuerdo con sus creencias, en realidad, por el hecho de salir del recinto de la iglesia, ya no puede pretender que los profesores sostengan esas creencias. De hecho la abogada de la administración Obama afirmó que un profesor en una escuela religiosa “realiza una función pública: del mismo modo que los profesores en las escuelas públicas, ofrece un servicio necesario para satisfacer las leyes educativas obligatorias estatales”. Al traspasar sus muros, la iglesia se convertiría en un grupo secular e incluso irreligioso que no puede ampararse en la Primera Enmienda constitucional. Al ofrecer sus servicios más allá de sus feligreses perdería su carácter religioso. Y esto contaría no sólo para las escuelas, sino también para otros centros impulsados por grupos religiosos, como los hospitales.

La sentencia del Tribunal Supremo ha contradicho toda esta falaz argumentación, y lo ha hecho, caso poco común, por unanimidad. O sea, que incluso los jueces más progres, propuestos por Obama, no han apoyado lo que hubiera sido una posición letal para la libertad de las organizaciones religiosas en Estados Unidos. Al fallar a favor de la escuela Hosanna-Tabor la Corte Suprema no hacía más que refrendar la doctrina que desde hace décadas venían aplicando los diferentes tribunales y que se conoce como “ministerial exception”, por el que las leyes antidiscriminación no son de aplicación a las iglesias y organizaciones religiosas cuando se trata acerca de sus empleados.
En definitiva, estamos ante una importante decisión, reforzada por la unanimidad, que protege la libertad de los grupos religiosos y que supone una dura derrota para las posiciones de la administración Obama. Unas últimas reflexiones para acabar:

  • Sorprende la radicalidad del laicismo de la Administración Obama (¿dónde han quedado sus conciliadoras palabras durante su visita a la Universidad de Notre Dame?). Algunos ya hablan de que ha tanteado con una posición maximalista y volverá  a la carga con argumentos más moderados.
  • La sentencia habla de la no aplicación de las leyes antidiscriminación para los empleados religiosos pero no especifica quiénes lo son. En el caso de un profesor de religión es evidente, ¿pero qué ocurre con un profesor de filosofía, por ejemplo? Seguramente los futuros embates laicistas intentarán argumentar a partir de esta indefinición.
  • Probablemente la próxima batalla por la libertad de las organizaciones católicas se librará en los hospitales, a los que el Obamacare podría obligar a prácticas contrarias a su ideario.
  • Estas cuestiones no sólo las plantea el laicismo en Estados Unidos, sino también en nuestra Vieja Europa. Es de esperar que sentencias de este tipo puedan reforzar las posiciones de quienes defienden la libertad también a este lado del Atlántico.

Ah, y nuestra enhorabuena al Becket Fund for Religious Liberty y al profesor Douglas Laycock, de la Universidad de Virginia, por haber defendido brillantemente al Hosanna-Tabor School.

2 Comentarios

  1. No creo que pueda tacharse de “confesional” a la jsuticia americana. Alli si que entienden bien lo que significa LIBERTAD RELIGIOSA

    • Y aquí que tenemos no ya la “confesionalidad” anticristiana, sino la falta del más mínimo sentido común erigido en norma habitual.

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