La carta que La Vanguardia no se digna publicar

Se entiende que los medios prefieren taparse sus vergüenzas, y más después del espantoso ridículo que han hecho con su cobertura de las elecciones presidenciales estadounidenses. Prefirieron dar rienda suelta a sus prejuicios ideológicos antes que informar. ¡Si La Vanguardia hasta vaticinó que Texas iba a votar Hillary! (¿sus enviados a Estados Unidos se habrán dignado a darse un paseíto por Texas y hablar con la gente? Lo dudo).

La apuesta por convertirse en un panfleto y abandonar el rigor periodístico de La Vanguardia parece que va muy en serio y no tiene marcha atrás. La información que firmaba Jordi Barbeta el pasado 12 de noviembre es un ejemplo de libro para entender porqué los medios mainstream han perdido toda credibilidad. Y por cierto, merecería un suspenso en toda regla en cualquier facultad de periodismo del mundo.

Yo, que estoy chapado a la antigua, decidí hacérselo ver a La Vanguardia a través de una carta al director, rememorando aquellos lejanos tiempos en los que en el colegio nos animaban a usar dicho canal. Esta vez tuve menos suerte que en mi infancia y veo que no se dignan a publicarla. Prefieren cartas inofensivas o de gente que les dora la píldora.

Es por ello que reproduzco aquí lo que escribí al director de La Vanguardia. Ojalá les sirva para no fiarse nunca más de los sectarios que han convertido La Vanguardia en un panfleto muy poco serio:

“Ahora que todos los medios estadounidenses piden disculpas a sus lectores por haber primado sus intereses en favor de Clinton por encima de la información veraz, el corresponsal de La Vanguardia Jordi Barbeta parece no haber entendido nada. El mismo día que el New York Times pide perdón, él firma una crónica que más tiene que ver con el panfleto de propaganda que con lo que se espera de un diario de prestigio. Para Barbeta todo es estremecedor, adjetivo en el quu se muestra reiterativo. Como estremecedora califica la campaña de la “ultraconservadora” Heritage Foundation. ¿Y en qué consiste esa estremecedora campaña?

El mismo Barbeta señala que consiste en intentar conseguir ganar las elecciones y recuperar el respeto a la Constitución. Realmente estremecedor, ¿verdad?   Uno sigue leyendo, intentando descubrir qué estremecedoras propuestas proponen los ultras de la Heritage, y se entera de que quieren reducir el poder de Washington, poner fin a la hegemonía izquierdista, limitar los mandatos de los congresistas y prohibir las puertas giratorias entre altos cargos federales y lobbies. Todo muy ultra y muy estremecedor.