Cuando el gobierno le dice a la Iglesia cómo debe interpretar su doctrina es que tenemos un problema. Y gordo.
Es lo que revela el Cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, a raíz del conficto con la administración Obama acerca del mandato de contratar seguros que incluyan abortivos, esterilización y contraceptivos.
En la reunión entre el personal de la Conferencia Episcopal y el personal de la Casa Blanca, este último se permitió el lujo de explicarles a los de la Conferencia Episcopal cómo debían interpretar la doctrina católica en materia de libertad religiosa.
Como escribe el propio Dolan (que una vez más demuestra que no tiene pelos en la lengua), “La Casa Blanca parece pensar que nosotros los obispos sencillamente no sabemos o no entendemos el magisterio católico” (“The White House seems to think we bishops simply do not know or understand Catholic teaching“).
El problema, pues, es muy gordo.