Para pensar sobre la democracia a la luz de Rouseeau y Maritain
Leo en el último número de la querida revista Verbo un interesante artículo de Miguel Ayuso sobre dos polémicas chilenas en torno a Juan Antonio Widow y la democracia. Como es habitual en el autor, el escrito está lleno de reflexiones sugerentes que mueven a detenerse sobre temas cruciales y pensarlos desde sus fundamentos. Pero de todo el artículo me voy a detener en un par de puntos:
Recuerda Ayuso que cuando hablamos de fascismo, se debe recordar que el fascismo es una ideología moderna, “compuesto de modernismo, idealismo, socialismo y estatismo”. No muy lejos pues de lo que acaba de ganar en Francia, por ejemplo, ni de lo que vivimos por estos lares. A buen entendedor…
Más adelante, hablando de Maritain y de su influencia en la Democracia cristiana, resulta evidente que Maritain, por mucho que les pese a algunos, bebió de Rousseau al menos en:
- Presentar la democracia como la única forma política justa, “que no puede no llevar a su absolutización”.
- Presentar la fe cívica como vínculo de adhesión al sistema social, “reemplazando a otras creencias y convicciones morales”.
- La función decisiva del grupo que debe definir cuál es la voluntad del pueblo, que “no puede no conducir a investir a los representantes de una función profética y que convierte a quienes rechazan la voluntad popular en herejes”.
Rasgos que de algún modo todos hemos descubierto, con mayor o menor sorpresa, en algún momento de nuestra vida política reciente.
Si les ha movido a pensar, no dejen de leer el artículo completo enVerbo.