Talibanes de la austeridad

Theodore Dalrymple es, sin duda, uno de los grandes cronistas y observadores de nuestra época. Sus comentarios, publicados en la Library of Law and Liberty a raíz de unas declaraciones del economista francés Jean Pisani-Ferry publicadas en Le Monde en las que alertaba de que “Il y aura toujours des talibans de l’austérité”, siempre habrá talibanes de la austeridad, merecen atención pues tocan una cuestión crucial de nuestra época.

Dalrymple empieza recordando la importancia de que las palabras se usen correctamente; por el contrario, su uso inadecuado siempre es síntoma de decadencia moral y tiranía. A continuación se detiene en esa austeridad tan peligrosa, cuya definición es según el Oxford English Dictionary “severa autodisciplina o autocontrol, abstinencia rigurosa, ascetismo”. Si acudimos al diccionario de la RAE encontramos una definición en la misma línea, abarcando los siguientes rasgos: “Severo, rigurosamente ajustado a las normas de la moral. Sobrio, morigerado, sencillo, sin ninguna clase de alardes. Retirado, mortificado y penitente”.

Pero el profesor Pisani no parece que esté empleando la palabra austeridad en este sentido, sino en el sentido de subir impuestos y/o reducir el gasto público para así intentar equilibrar los presupuestos del Estado. Y escribe Dalrymple: “llamar al intento de equilibrar el presupuesto austeridad, en otras palabras, decir que vivir dentro de tus propias posibilidades implica una “rigurosa abstinencia”, una especie de aguafiestas puritano, es afirmar implícitamente que es honesto, justo y decente hacer lo contrario”.

Cuando es justo al revés: no es propio de gente honrada vivir por encima de sus posibilidades, especialmente cuando se transfiere el coste de este estilo de vida a otros, cuando se toma prestado más para pagar las deudas previas. Y remacha Dalrymple afirmando que “la idea de que vivir según tus posibilidades es una forma de austeridad y no el deber moral elemental de la gente honorable muestra que, por debajo de la crisis económica, subyace una profunda crisis moral en las sociedades occidentales”.