Nuevo derecho humano: el derecho a la píldora anticonceptiva

Nuevo derecho humano: el derecho a la píldora anticonceptiva

Acaba de aparecer el Informe del Estado de la Población Mundial elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU), donde se describe el acceso a los anticonceptivos como un “derecho humano universal”.

En la presentación del mismo en la propia página web se empieza con estas palabras: “El acceso a la planificación de la familia es un derecho humano esencial“.

Ya se ve a qué han llegado los “derechos humanos” en manos de la ONU, una organización cuyo balance es claramente negativo y que nos podríamos ahorrar perfectamente. Sobre el derecho a la vida de todo ser humano, también antes de su nacimiento, silencio; lo que se lleva en esta temporada es el derecho universal y esencial, qué digo, la base y fundamento de todos los demás derechos para el Fondo de Población de Naciones Unidas, nos referimos, claro está, al derecho a la píldora (o al DIU, o a…). ¿Cómo no se nos había ocurrido antes?

El informe no es una norma de obligado cumplimiento, pero anuncia por dónde van a ir los tiros. Por ejemplo, cuando afirma que las barreras culturales y financieras para acceder a anticonceptivos son una infracción de los derechos de las mujeres. O sea, que fomentar barreras culturales a los anticonceptivos, como hace por ejemplo la Iglesia Católica al enseñar su ilicitud, es un grave ataque a un derecho esencial. Y ya se sabe dónde acaban quienes atacan derechos humanos esenciales: con una condena del Tribunal de La Haya y el ingreso en prisión.

Pero aún hay más. Si realmente existe ese “derecho” a los anticonceptivos significa que alguien tiene la responsabilidad de proporcionarlos. ¿Se imaginan quién se erige en garante de este nuevo “derecho”? Pues sí, la propia agencia de la ONU, que para ello pide una módica suma de 8.000 millones de dólares extras (se ve que, en los tiempos que corren, a los estados miembros de la ONU les sobra el dinero).

En cambio, el informe del FPNU evita señalar los abusos cometidos en China, verdaderas violaciones de los derechos humanos, como los casos en que los responsables de planificación familiar han llevado contra su voluntad a mujeres chinas embarazadas a clínicas donde se les ha obligado a someterse a abortos o esterilizaciones. Porque, recordemos, para la ONU, el derecho es a tener anticonceptivos, no a tener los hijos que uno libremente quiera y pueda.

Un último apunte: España es uno de los diez mayores donantes al Fondo de Población de Naciones Unidas. No hace falta ninguna comisión para estudiar por dónde hay que recortar, me presto yo mismo a darle la recomendación al Gobierno de Mariano Rajoy: reducción a cero de nuestras aportaciones. El ahorro se podría destinar a los discapacitados, que este lunes pasado salieron a la calle para denunciar la en muchos casos trágica situación en que les han dejado los recortes. Porque nuestro apoyo económico a una agencia de la ONU desprestigiada y sectaria no se entiende mientras dejamos olvidados en la cuneta a nuestros discapacitados.

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