Peligro!: El Informe Estrela vuelve a la carga

Peligro!: El Informe Estrela vuelve a la carga

Escribimos no hace mucho aquí acerca de cómo el Parlamento Europeo había rechazado y devuelto el conocido como Informe Estrela  sobre “salud sexual y reproductiva y derechos” a la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género (FEMM) del propio Parlamento. El Informe es tremendo, promueve el aborto, ataca la objeción de conciencia de los médicos, impone la ideología de género más agresiva, desprecia los derechos de los padres, ignora el principio de subsidiariedad y trata de imponer una dictadura pansexualista en Europa. No es de extrañar, pues, que el debate en el Parlamento fuera agitado y que, para estupor de los promotores del Informe, éste fuera devuelto con la petición explícita de introducir cambios de fondo. Un proceso que, en condiciones normales, hubiese tomado varios meses y ya no hubiera sido votado en la presente legislatura.

Pero acabamos de enterarnos de que el normalmente lentísimo aparato burocrático europeo ha mutado, convirtiéndose en un dechado de celeridad, para que el próximo día 25 de noviembre el Informe Estrela vuelva a ser discutido y un día después votado. Evidentemente una versión idéntica en lo sustancial a la ya rechazada el pasado 22 de octubre.

El suceso, mas allá del peligro objetivo que supone para las familias europeas, suscita varias reflexiones. Empezando por el supuesto respeto a los procedimientos democráticos, que se violentan cuando conviene a la agenda secularista que se ha convertido en la ideología oficiosa e implacable de nuestras instituciones. En este caso concreto, por ejemplo, se incumplen los plazos para presentar enmiendas por parte de los grupos parlamentarios, una pequeña minucia que no debe interponerse en el sacrosanto deber de enseñar a masturbarse a niños de 5 años. Y es que, en la Europa en que vivimos, la tan cacareada aconfesionalidad no es más que una mala broma.

Por otro lado, se repite un proceso muy curioso y que ya ha sido empleado en numerosas ocasiones: hay cosas que no se votan, otras, en cambio, se votan una y otra vez hasta que son aprobadas. Un voto negativo solo significa una nueva votación, un voto positivo significa que el asunto queda cerrado para siempre. Curioso proceder, profundamente arraigado en nuestra vida política y que revela cual es la naturaleza de la misma.

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