Cuando Hitchcock lloraba después de comulgar

Cuando Hitchcock lloraba después de comulgar

Alfred Hitchcock es de esos personajes que no necesitan presentación. ¿Quién no ha disfrutado o padecido con alguna de sus películas? La soga, los pájaros, Con la muerte en los talones, Vértigo, Psicosis… La lista es interminable.

Lo que pocos saben es que Hitchcock era católico. El Padre Mark Henninger, S.J. acaba de publicar en el Wall Street Journal un interesante artículo en el que explica cómo fueron los últimos días de Hitchcock.

Alfred Hitchcock estudió en los salesianos de Battersea y en el St. Ignatius College de los jesuitas en Stamford Hill. Su esposa, Alma, se convirtió a la fe católica en 1926 y poco después contraían matrimonio en el Brompton Oratory. Luego vinieron altibajos de práctica religiosa en una vida compleja, pero en la que nunca rompió con su fe. Henninger explica que Hitchcock, ya al final de su vida, era visitado regularmente por el también jesuita Padre Tom Sullivan. El mismo Padre Henninger era un joven sacerdote estudiando en la UCLA que se llevó la sorpresa de que el Padre Sullivan le invitó un día a acompañarle a ver al afamado director cinematográfico.

Traduzco del testimonio del Padre Henninger: “después de charlar un rato, pasamos de la sala de estar a su estudio, donde, junto con su esposa Alma, celebramos misa. Alrededor nuestro estaban sus guiones, lo que me hacía distraerme. Hitchcock se había alejado de la Iglesia durante un tiempo y respondía en latín, a la vieja usanza. Pero lo que más me llamó la atención fue que, después de recibir la comunión, lloró en silencio, con lágrimas cayendo por sus gruesas mejillas”.

Y añade: “Tom y yo regresamos varias veces, siempre los sábados por la tarde, a veces juntos, a veces sólo uno de los dos. Una vez que estaba sólo con él, para romper el silencio, le dije: “Bueno, Sr. Hitchcock, ¿ha visto alguna buena película recientemente?”. Él se paró y me dijo enfáticamente: “No, no he visto ninguna. Cuando yo hacía películas eran sobre personas, no sobre robots. Los robots son aburridos. Venga, vamos a misa”.

Hitchcock falleció poco después, el 29 de abril de 1980, y su funeral tuvo lugar en la Iglesia católica del Buen Pastor en Beverly Hills.

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